A finales del siglo XIII, Europa y Norte América empezaron un era de transformaciones económicas, sociales, tecnológicas y culturales, la cual hoy conocemos como la Revolución industrial. Entre los perjuicios más saltantes ubicamos un aumento acelerado de la población por las mejoras tecnológicas y un abandono de los campos, que trajo consigo una escasez de recursos y alimentos para la población. Debido a los malos climas que atraviesan estas zonas de Europa y América era muy difícil cultivar y mantener tierras fértiles, por este motivo, necesitaban de algún fertilizante muy bueno que los pudiese sacar de dicha crisis. Es aquí donde ingresa el guano peruano y el auge comercial que esto trajo consigo.
A inicios de 1840, se descubre la importancia del guano para el Perú y el mundo y sus cualidades como poderoso fertilizante. El Perú tenía el monopolio de las islas guaneras, es decir era el único portador en todo el mundo de este bien tan preciado. El tener esta dotación de factores podría compararse actualmente, con tener todo el petróleo del mundo frente a las costas del Perú y que el estado fuera el único propietario. Fue así que se inició un auge exportador hacia Europa y América, por las necesidades urgentes que tenían dichos países de este abono.
Con el boom del guano, el Perú vive una ilusión ya que toda su economía comienza a depender de este recurso, desde sus ingresos fiscales hasta su presupuesto. El guano frustró las posibilidades de desarrollar inversión y de mejorar el tributo. Es decir, el Perú no combatía la enfermedad, sino más bien el síntoma, volviéndose un país monodependiente del guano. Con la aparición del guano se acaba el caudillismo, debido a que el Estado comienza a realizar obras públicas, reducción de impuestos y mejora la calidad de vida a los militares, es decir, les pagan para evitar golpes de estado durante el gobierno de Ramón Castilla. Con todo esto se demuestra que el Estado no pensó que algún día el guano se iba a acabar, y se condena a poder entrar en crisis nuevamente. Con Ramón castilla, el Estado peruano pierde mucho dinero, por el fraude que se daba. Permite que muchos funcionarios del guano hagan fortuna estafando al Estado peruano.
• Castilla es el gran organizador del Perú:
Más adelante, la presencia de una deuda externa que venía acarreando el Perú desde tiempos previos al boom guanero hizo que el país no tuviera la capacidad para extraer el guano de las islas; por lo que, urgió la necesidad de buscar socios y entidades privadas. que sí pudieran extraer el guano. Para el manejo de este nuevo negocio, el Estado buscó a los consignatarios, quienes se encargaban del tributo que debían pagar los socios al Gobierno. Dicho consignatario debía asegurar el pago de tributo de la cantidad de guano que estas empresa vendía después de la extracción.
Con esta aparente solución surgen las estafas por parte de los consignatarios al pago de impuestos. Esto debió a que eran muchos y el estado no tenía suficiente dinero para controlarlos a todos. Las empresas decían vender 10 toneladas, pagaban por esas 10 toneladas, cuando en realidad vendían 50. Los socios se enriquecieron y vuelve a aparecer la clase social alta. Estos socios nunca invirtieron en industrias, que era lo fundamental para desarrollar el Perú. Muy por el contrario, ellos crearon bancos, haciendas o se convertieron en comerciantes.
Poco a poco el estado se dio cuenta que los consignatarios le estaba dando problemas en vez de ganancias. Es por ello que el Estado nombra ministro de haciendo a Nicolás de Pierola, quien pretende rentabilizar al máximo lo que queda del guano y generar liquidez para sostener los gastos internos y el pago de la deuda externa. Pierola pone una cuota de 2 millones de toneladas a las empresas, siendo así el pago específico, recibiendo una cantidad puntual de dinero. Por primera vez, el Estado estaba organizando su economía dependiente del guano, en el llamado contrato de Dreyfus.
El problema que tenía dicho contrato era el bajo costo del guano y el hecho que debía destinar una cantidad al pago de la deuda externa, y no fue así. El Estado peruano elaboraba presupuestos fuera de la realidad, presupuestaban cierta cantidad al pago de la deuda externa y nunca se cumplía, ya que el Perú era dependiente de los ingresos del guano, por lo que necesitaban el dinero para sostenerse. Incluso el gobierno comenzó a pedir adelantos a los consignatarios entrando de esta manera nuevamente en crisis.
En un principio del boom guanero, todos querían darle préstamos al Perú. Sin embargo, al entrar nuevamente en crisis y al no poder pagar la deuda externa, por que el guano se estaba agotando, el Perú se vuelve un país con crédito riesgoso, pierde su capacidad de pago y los intereses aumentan, lo que se agrava más aún con la guerra con Chile en 1879.
A inicios de 1840, se descubre la importancia del guano para el Perú y el mundo y sus cualidades como poderoso fertilizante. El Perú tenía el monopolio de las islas guaneras, es decir era el único portador en todo el mundo de este bien tan preciado. El tener esta dotación de factores podría compararse actualmente, con tener todo el petróleo del mundo frente a las costas del Perú y que el estado fuera el único propietario. Fue así que se inició un auge exportador hacia Europa y América, por las necesidades urgentes que tenían dichos países de este abono.
Con el boom del guano, el Perú vive una ilusión ya que toda su economía comienza a depender de este recurso, desde sus ingresos fiscales hasta su presupuesto. El guano frustró las posibilidades de desarrollar inversión y de mejorar el tributo. Es decir, el Perú no combatía la enfermedad, sino más bien el síntoma, volviéndose un país monodependiente del guano. Con la aparición del guano se acaba el caudillismo, debido a que el Estado comienza a realizar obras públicas, reducción de impuestos y mejora la calidad de vida a los militares, es decir, les pagan para evitar golpes de estado durante el gobierno de Ramón Castilla. Con todo esto se demuestra que el Estado no pensó que algún día el guano se iba a acabar, y se condena a poder entrar en crisis nuevamente. Con Ramón castilla, el Estado peruano pierde mucho dinero, por el fraude que se daba. Permite que muchos funcionarios del guano hagan fortuna estafando al Estado peruano.
• Castilla es el gran organizador del Perú:
Más adelante, la presencia de una deuda externa que venía acarreando el Perú desde tiempos previos al boom guanero hizo que el país no tuviera la capacidad para extraer el guano de las islas; por lo que, urgió la necesidad de buscar socios y entidades privadas. que sí pudieran extraer el guano. Para el manejo de este nuevo negocio, el Estado buscó a los consignatarios, quienes se encargaban del tributo que debían pagar los socios al Gobierno. Dicho consignatario debía asegurar el pago de tributo de la cantidad de guano que estas empresa vendía después de la extracción.
Con esta aparente solución surgen las estafas por parte de los consignatarios al pago de impuestos. Esto debió a que eran muchos y el estado no tenía suficiente dinero para controlarlos a todos. Las empresas decían vender 10 toneladas, pagaban por esas 10 toneladas, cuando en realidad vendían 50. Los socios se enriquecieron y vuelve a aparecer la clase social alta. Estos socios nunca invirtieron en industrias, que era lo fundamental para desarrollar el Perú. Muy por el contrario, ellos crearon bancos, haciendas o se convertieron en comerciantes.
Poco a poco el estado se dio cuenta que los consignatarios le estaba dando problemas en vez de ganancias. Es por ello que el Estado nombra ministro de haciendo a Nicolás de Pierola, quien pretende rentabilizar al máximo lo que queda del guano y generar liquidez para sostener los gastos internos y el pago de la deuda externa. Pierola pone una cuota de 2 millones de toneladas a las empresas, siendo así el pago específico, recibiendo una cantidad puntual de dinero. Por primera vez, el Estado estaba organizando su economía dependiente del guano, en el llamado contrato de Dreyfus.
El problema que tenía dicho contrato era el bajo costo del guano y el hecho que debía destinar una cantidad al pago de la deuda externa, y no fue así. El Estado peruano elaboraba presupuestos fuera de la realidad, presupuestaban cierta cantidad al pago de la deuda externa y nunca se cumplía, ya que el Perú era dependiente de los ingresos del guano, por lo que necesitaban el dinero para sostenerse. Incluso el gobierno comenzó a pedir adelantos a los consignatarios entrando de esta manera nuevamente en crisis.
En un principio del boom guanero, todos querían darle préstamos al Perú. Sin embargo, al entrar nuevamente en crisis y al no poder pagar la deuda externa, por que el guano se estaba agotando, el Perú se vuelve un país con crédito riesgoso, pierde su capacidad de pago y los intereses aumentan, lo que se agrava más aún con la guerra con Chile en 1879.